Monsenor Oscar Arnulfo Romero dio su vida "por la iglesia y por el pueblo de su querida patria," El Salvador; estas son las palabras del Papa Juan Pablo II. Su muerte por la bala de un asesino, el 24 de marzo de 1980, culmino una vida dedicada al servicio de sus hermanos como sacerdote y obispo. Intrepido defensor de los pobres y desamparados, alcanzo renombre mundial durante sus tres anos como arzobispo de San Salvador. Las universidades de Georgetown y Lovaina le confirieron titulos honoris causa, y miembros del parlamento de Gran Bretana lo nombraron candidato para el Premio Nobel por la Paz. Al mismo tiempo se gano la difamacion y el odio de miembros de la oligarquia salvadorena - manifestados en persistentes ataques en los medios de comunicacion - que inevitablemente terminaron en su martirio.
Esta seleccion del pensamiento de Monsenor Romero se ha hecho para que otros se encuentren con la fuerza de su fe y el impacto de sus palabras.