Cada amanecer parece traer nuevas razones para sentir temor.
Se habla de despidos en el trabajo, disminución del ritmo de la economía, brotes de violencia en el Medio Oriente, bajas en el mercado de la vivienda, subidas en el calentamiento global. La plaga de la actualidad, el terrorismo, comienza con la palabra terror. Los noticieros difunden suficiente información causante de nerviosismo que justifican boletines de última hora. De tamaño inmenso y grosero, el temor nos mete como manada en una cárcel de puertas cerradas. No sería fabuloso salir libre?
Imagine tu vida, sin que la toque para nada la angustia. Qué tal si la fe, no el temor, fuera tu reacción instintiva a las amenazas? Si pudieras sostener un imán detector de temores sobre tu corazón y extraer cada indicio de miedo, inseguridad o duda, qué quedaría? Visualiza un día, sólo un día, en el que pudieras confiar más y temer menos.
Puedes imaginarte una vida sin temor?
Fearless
Each sunrise seems to bring fresh reasons for fear.
They're talking layoffs at work, slowdowns in the economy, flare-ups in the Middle East, turnovers at headquarters, downturns in the housing market, upswings in global warming. The plague of our day, terrorism, begins with the word terror. News programs disgorge enough hand-wringing information to warrant an advisory. Fear, it seems, has taken up a hundred-year lease on the building next door and set up shop. Oversized and rude, fear herds us into a prison of unlocked doors. Wouldn't it be great to walk out?
Imagine your life, wholly untouched by angst. What if faith, not fear, was your default reaction to threats? If you could hover a fear magnet over your heart and extract every last shaving of dread, insecurity, or doubt, what would remain? Envision a day, just one day, where you could trust more and fear less.
Can you imagine your life without fear?